domingo, 29 de enero de 2017

De las Peñas de Cabrera a la Torre Zambra, pasando por el Cerro de Mallén

La salida de hoy consiste en un recorrido por tierras de Casabermeja. Haciendo la excursión en este sentido evitamos los fuertes repechos de Bocanegra, que antes de cruzar nuevamente el rio bajaremos. La distancia aproximada que vamos a cubrir son alrededor de 25 kilometros, con una dificultad variable, que podemos considerar como media-alta. Hay cuatro etapas diferenciadas por el desnivel a salvar.


La primera etapa comienza en la antigua finca del Alcaide, hoy ya urbanizada, y que se ubica en la carretera de Casabermeja a Colmenar (A-356) en el km. 4, justo donde el Puente del Alcaide salta el rio Guadalmedina en dirección al diseminado de Los Portales. Una vez pasado el puente, giramos a la izquierda por un carril paralelo a la carretera que se adentra en los campos del Cortijo de Cabrera y desde el cual ya se divisan las 'piedras de Cabrera', conjunto pictórico de gran valor arqueológico, en el que se asienta este yacimiento de arte rupestre de la zona del rio Guadalmedina.

Una vez pasados los campos de cultivo entramos en un bosquecillo muy bien conservado de flora autóctona, con encinas, acebuches, esparragueras, jaras. Nos dirigiremos hacia las rocas visibles, que nos ofrecerán asombrosas fotografías con conjuntos de vegetación y roca que harán de este paseo un vergel de inspiración. Este tramo es accesible a todas las edades por la poca dificultad que alberga. El resultado entre paisaje y arte rupestre será embriagador, y nos hará soñar con el imaginario prehistórico de aquellos habitantes de estos parajes.












La segunda etapa es la que más desnivel positivo va a salvar, pues abarca desde donde nos encontramos hasta el Alto del Gallo en un primer tramo, y hasta el Alto de Cuellar en un segundo y último ascenso. Como recomendación para la subida diremos que para una ascensión sin complicaciones lo pertinente es ascender por la carretera desde la urbanización del Alcaide hasta el diseminado de los Portales, que luce una ermita-escuela muy bien conservada que aunó con una gran tradición de maragatas y verdiales hasta su despoblamiento. 





Esta zona es rica en olivos, almendros, higueras, moreras y otros frutales. También es una conocida zona de queso de cabra y requesones, con una importante cabaña caprina que abastece a la cooperativa del vecino pueblo de Colmenar, y que previene de incendios el cercano Parque Natural de Los Montes de Málaga, limpiando el sotobosque mientras pastan. Aunque si algo hay que señalar en esta zona, es la gran tradición, aún hoy en resistencia a desaparecer del arte de los Montes: el vino Pedro Ximen, que compite cara a cara con el mejor Moscatel y el afamado Xerez. Y que ha sido el complemento ideal al patrimonio de Los Verdiales, como fiesta, como historia viva de estas zonas rurales, y como modo de vida.


Por este orden pasaremos conforme ascendemos por el paraje de La Mesa, una planicie de olivos y encinas, seguiremos ascendiendo entre caserones hasta Las Almacigas y sus fuertes pendientes, continuamos hacia el Alto del Gallo, que se reconocerá por la casa de madera que lo corona a su izquierda. Luego un serpenteante terreno nos llevará al núcleo de Los Portales, con la ermita-escuela como emblema y algún que otro panel informativo de la cercanía del Parque Natural de Los Montes de Málaga. Si seguimos la carretera, aún nos toparemos con más casas hasta alcanzar el Alto de Cuellar, que tiene como distintivo un depósito de agua municipal que jamás llegó a funcionar, lo que nos dice que los terrenos se abastecen con agua de pozo, de mejor calidad que cantidad. No obstante, estas últimas lluvias, si bien no sacian las ganas de los lugareños, han dado un nuevo respiro al freático. La ascensión se ha caracterizado por un salpicar de casas reformadas, adecuadas a su nuevo uso vacacional y de ocio, con campos semiabandonados y explotaciones con muchas dificultades. La ascensión por carretera no está exenta de riesgos y se hace muy pesada, pero el obligado paso por el puerto del Gallo y la múltitud de propiedades a cruzar hacen de esta opción la más adecuada.


Antes de comenzar la tercera etapa, podemos darnos un respiro admirando el paisaje. Por el lado de la ascensión tenemos al frente al coloso Tornillo, que abre la Sierra hacia el boquete de Zafarraya en Granada. Por nuestro frente se nos abren dos panoramicas y dos caminos, hacia la izquierda nos dirigiremos hacia los Montes de Málaga con numerosas rutas, etnográficas (El Lagar de Torrijos), educativas (Las Contadoras), rutas deportivas, senderos, etc y hacia la derecha nos dirigimos hacia Casabermeja por un fuerte descenso que se nota más cuando se asciende, hacia el paraje de La Meica con una casa del mismo nombre, y otras en una semiplanicie muy entretenida y salpicada de ambiente rural.

Nos dirigimos hacia  el Cerro de Mallén, el punto más alto de Casabermeja y desde donde se divisa la Axarquia Alta, pueblos como Colmenar, Riogordo, Periana, y el vecino Parque de los Montes de Málaga. A partir de aquí, el terreno baja por un bosque mediterráneo bien poblado, con un paisaje muy similar al de las 'piedras de Cabrera' lo que nos indica que todo el terreno intermedio ha sido modificado por el hombre. Hasta llegar al paraje de Bocanegra iremos encontrando ruinas y casas aún habitadas. Las rocas son un constante en la ruta, y al llegar a estos parajes encontramos el Peñon del Fraile. Ya nos queda muy poco para llegar al rio y de aquí observamos en primer plano el camposanto, el pueblo de Casabermeja, y en la cima la Torre Zambra.









La llegada al rio nos marca el inicio de la última etapa de la ruta. Consiste en pasar el pueblo hacia la ermita para enlazar con el antiguo Camino Real a Málaga hasta un cruce que nos lleva a la Torre Zambra. El paso por el pueblo produce sus encantos visitando el cementerio de San Sebastian declarado conjunto histórico artístico por su singularidad, la iglesia de la Señora del Socorro y la ermita del mismo nombre. Llegados a ésta, nos encontramos muy cerca de la Torre Zambra, en un área recreativa llamada El Chorro, por la cercana fuente.








Este último tramo es el que más pendientes nos ofrece, pero también el que mejores vistas nos proporciona. Desde el área recreativa subimos hasta el puerto de las Melosillas, punto desde el que divisaremos tres repetidores gigantes, que serán la última referencia para el asalto a esta torre almenara de claras funciones defensivas y de vigilancia. Construida a partir del s. XIII, otea un territorio delimitado a la cuenca del rio Guadalmedina, con contacto visual con las torres de Jotrón y Los Verdiales hacia Málaga. Las panorámicas hacia el Torcal y Villanueva de la Concepción, la Sierra de Tejeda y en días claros Sierra Nevada y las costas africanas, se nos ofrecen con total nitidez desde este enclave privilegiado.






domingo, 22 de enero de 2017

Parque Natural Acantilados de Maro-Cerro Gordo. De Playa del Cañuelo a Playa de Cantarrijan.

Ruta muy agradecida para el invierno pues discurre divisando el litoral, a ratos entre pinares y a ratos observando acantilados habitados por la cabra montés, a las faldas de la Sierra de Almijara. Desde el sendero se divisan los picos del Cielo y el Alto del Espartal, ambos sobrepasan los 1500 metros de altitud.


Hoy nos hemos trasladado hasta la Axarquía malagueña a descubrir una ruta pintoresca que discurre paralela al mar y que bien se podía llamar la 'Ruta de las Torres Almenaras', pues encontraremos tres de ellas: La Torre de Maro, la Torre de la Caleta y la Torre de Cerro Gordo, ésta última ya en tierras granadinas, en La Herradura.


Antes de comenzar la marcha, cogemos el sentido opuesto a la excursión, hacia el oeste, para visitar la torre vigía de Maro. Vale la pena observar la buena disposición para el contacto visual que tienen entre ellas, formando una barrera litoral de vigilancia. Según cuentan los paneles informativos, la comunicación se hacía ahumando leña de día, para divisar las columnas de humo, y con fogatas por la noche.

Una vez visitada la torre, volvemos sobre nuestros pasos para retomar la marcha correcta hacia el este. Nos dirigimos primero hacia el mar por la senda. Subimos un trecho por un sendero entre pinos y otros árboles frutales. Esta es una zona donde aún perviven algunos huertos, aunque la mayoría del terreno, aterrazado, nos confirma que en un pasado toda esta extensión era cultivable. Ya en el alto de la ladera podemos ver desde arriba la Playa del Cañuelo en toda su extensión, sus chiringuitos y sus colonias de gaviotas.


Nos dirigimos hacia el lado más oriental de la playa de donde sale un sendero ascendente entre los pinos. También en ese costado, emerge una roca de grandes dimensiones que tiene una poderosa influencia visual. Hay que tener cuidado, la humedad y el salitre pueden darnos un desagradable susto si nuestra intención es coronarla. Aún así, con la suficiente preparación, material y previsión, se puede subir.


Desde ella divisamos el Peñón del Fraile que es fácilmente reconocible por tener unas edificaciones derruidas que también tuvieron la función de vigilancia. Ya puestos a subir por la roca, obviamos el sendero del pinar y ascendemos por las rocas hasta la siguiente cala, bastante pedregosa. Seguimos subiendo para buscar el sendero que rodea el Peñón.






Una vez en el sendero, se nos sobreviene un cruce de caminos. Si continuamos recto nos dirigimos hacia la siguiente playa. Si giramos a nuestra derecha ascendemos un tramo para visitar la segunda torre almenara, la Torre de la Caleta, que se nos ha ido anunciando a través de los árboles.



Además de admirar el enclave de estas torres, su restauración, los paneles informativos si existen, hay que parar unos minutos para ver el paisaje que se divisa desde aquí, y aprovechar para hacer fotos, dibujar un boceto, o comernos una fruta.



Retomamos la marcha volviendo para alcanzar el cruce de caminos que dejamos atrás. Nos dirigimos ahora hacia una enorme pared donde si somos silenciosos y observadores veremos ejemplares de cabra montés. Al ver unos cuantos ejemplares colgados aquí y allá pastando, decidimos parar a hacer unas fotos y fuimos testigos del paso de varias manadas. Con un buen lugar de observación, paciencia y sin molestar mucho a los animales pudimos ver comportamientos casi de posado. Pudimos comprobar la curiosidad que muestran estas cabras salvajes cuando divisan al ser humano.










Nos dirigimos hacia la playa de Cantarriján, donde vamos a comer. Seguimos un trecho por un pinar que nos deja admirar la costa y el interior, cuando comenzamos a bajar hasta Cantarriján. Ya desde arriba, divisamos varios vehículos, los chiringuitos y la larguirucha playa. La bajada está amenizada por las sorprendentes fotos captadas.



La segunda parte de la excursión, ya hecha la sobremesa, consiste en un circuito asfaltado que asciende desde la playa de Cantarriján hasta la antigua N-340, para tomar la carretera que lleva a la zona urbanizada de Cerro Gordo. Siguiendo la carretera llegamos hasta el Restaurante El Mirador de Cerro Gordo donde sale un sendero que lleva a la Torre de Cerro Gordo donde veremos una espectacular puesta de sol.