Hoy nos hemos trasladado hasta la Axarquía malagueña a descubrir una ruta pintoresca que discurre paralela al mar y que bien se podía llamar la 'Ruta de las Torres Almenaras', pues encontraremos tres de ellas: La Torre de Maro, la Torre de la Caleta y la Torre de Cerro Gordo, ésta última ya en tierras granadinas, en La Herradura.
Antes de comenzar la marcha, cogemos el sentido opuesto a la excursión, hacia el oeste, para visitar la torre vigía de Maro. Vale la pena observar la buena disposición para el contacto visual que tienen entre ellas, formando una barrera litoral de vigilancia. Según cuentan los paneles informativos, la comunicación se hacía ahumando leña de día, para divisar las columnas de humo, y con fogatas por la noche.
Una vez visitada la torre, volvemos sobre nuestros pasos para retomar la marcha correcta hacia el este. Nos dirigimos primero hacia el mar por la senda. Subimos un trecho por un sendero entre pinos y otros árboles frutales. Esta es una zona donde aún perviven algunos huertos, aunque la mayoría del terreno, aterrazado, nos confirma que en un pasado toda esta extensión era cultivable. Ya en el alto de la ladera podemos ver desde arriba la Playa del Cañuelo en toda su extensión, sus chiringuitos y sus colonias de gaviotas.
Desde ella divisamos el Peñón del Fraile que es fácilmente reconocible por tener unas edificaciones derruidas que también tuvieron la función de vigilancia. Ya puestos a subir por la roca, obviamos el sendero del pinar y ascendemos por las rocas hasta la siguiente cala, bastante pedregosa. Seguimos subiendo para buscar el sendero que rodea el Peñón.
Una vez en el sendero, se nos sobreviene un cruce de caminos. Si continuamos recto nos dirigimos hacia la siguiente playa. Si giramos a nuestra derecha ascendemos un tramo para visitar la segunda torre almenara, la Torre de la Caleta, que se nos ha ido anunciando a través de los árboles.
Además de admirar el enclave de estas torres, su restauración, los paneles informativos si existen, hay que parar unos minutos para ver el paisaje que se divisa desde aquí, y aprovechar para hacer fotos, dibujar un boceto, o comernos una fruta.
Retomamos la marcha volviendo para alcanzar el cruce de caminos que dejamos atrás. Nos dirigimos ahora hacia una enorme pared donde si somos silenciosos y observadores veremos ejemplares de cabra montés. Al ver unos cuantos ejemplares colgados aquí y allá pastando, decidimos parar a hacer unas fotos y fuimos testigos del paso de varias manadas. Con un buen lugar de observación, paciencia y sin molestar mucho a los animales pudimos ver comportamientos casi de posado. Pudimos comprobar la curiosidad que muestran estas cabras salvajes cuando divisan al ser humano.
Nos dirigimos hacia la playa de Cantarriján, donde vamos a comer. Seguimos un trecho por un pinar que nos deja admirar la costa y el interior, cuando comenzamos a bajar hasta Cantarriján. Ya desde arriba, divisamos varios vehículos, los chiringuitos y la larguirucha playa. La bajada está amenizada por las sorprendentes fotos captadas.
La segunda parte de la excursión, ya hecha la sobremesa, consiste en un circuito asfaltado que asciende desde la playa de Cantarriján hasta la antigua N-340, para tomar la carretera que lleva a la zona urbanizada de Cerro Gordo. Siguiendo la carretera llegamos hasta el Restaurante El Mirador de Cerro Gordo donde sale un sendero que lleva a la Torre de Cerro Gordo donde veremos una espectacular puesta de sol.