lunes, 27 de marzo de 2017

Mastuerza y Lepidia, devoradoras de berros para ensalada



En un recodo en altura, desde donde se divisan los burros de Juanico, en los términos de Santa Rosalía- Maqueda me encontré a esta pareja de burras, una cria de la otra.


Andaban acicalándose la una a la otra. Mastuerza es una hembra de más de tres años, y la tienen atada a una soga de tres metros que es la movilidad circular que le deja. Lepidia es muy joven, recién destetada anda descubriendo todas las cosas de su entorno y tiene una curiosidad innata por todo lo que no conoce. Es muy inteligente. Vaga rondando a su madre, suelta. 


He descubierto que Mastuerza se vuelve loca con las calabazas y Lepidia con las zanahorias. Otro día les llevaré habas para ver si les gustan las legumbres y aguacates para que olfateen los aromas tropicales.

Cuando ven aparecer mi silueta, Mastuerza se pone a rebuznar alocadamente, sobrepasando los decibelios permitidos, ya que ella en su parcela es quien lleva la voz cantante. Cuando me voy se despide con cabriolas y mordiscos a su cría. Sabe que cuando vuelva les llevaré algún delicioso producto vegetariano. No reconocían los sabores y texturas de esos alimentos. Y me voy agradecido por su forma de expresarlo. Las dos se vendrían conmigo al lugar de donde salen todos esos nuevos sabores, desconocidos en su parcela.