miércoles, 26 de agosto de 2009

Andreas Azuaga Campoy, objetivo cumplido


Como un personaje de viñeta, silueta corcovada, delgadez de pajarito frito, y un rostro curtido por la vida llegaste por el sindicato en busca de un libro. Desde el principio, tu saludo fue para quedarte.
Atrás quedaban las intrigas de memoria y olvido en la historia, y esa máxima tuya, de que ’la memoria no puede estar reñida con la verdad’. Llegaste a la Confederación Nacional del Trabajo buscando las fuentes que la historia no ha podido obviar, y te entregaste a ellas en ese grado superlativo de inquietud. Hemos vivido tu paso arrollador por el sindicato sin comprender cuál era tu prisa, cuál tu destino.

De agrio carácter nihilista, con ese tono grave de voz, y las florituras griegas en la conversación como si estuvieses en el ágora, adornaste las asambleas con tu temperamento y empuje, si bien a altas horas de la noche la afiliación temblaba si tu pedías la palabra... en una escenificación fusionada de filósofo presocrático y purista de la FAI en busca del acuerdo eterno. Impulsor del proyecto de la Fundación Anselmo Lorenzo (FAL) en Málaga, supiste comprender una vez conocido el Archivo de la Guerra Civil, tan importante fuente de saber de las organizaciones que hicieron siembras de esperanzas en la clase sometida, y las miles de vidas anónimas que albergan hasta que las rescaten de su desprecio. Por ello, fuiste el visitante del año del archivo, aunque nunca te lo quisieran decir, al ver cómo disfrutabas de cada nuevo hallazgo, de cada pista, en tú búsqueda identitaria.

Ni tu cabellera plateada, ni el estrabismo pronunciado, ni tan siquiera tu seriedad culta, fueron capaces de ensombrecer al niño que llevabas dentro. Pese a tus limitaciones, querías salir con el Grupo Excursionista Santana Calero en la subida a la Concha, sabiendo que no llegarías ni a las inmediaciones, asististe a todas las manifestaciones y concentraciones que hubo, y participaste de la vida sindical y social. Lo más lindo que te llevas, sin duda fue el homenaje a tu padre Andrés Soler Martín y a sus compañeros Juan Santana Calero y Juan Lozano Muñoz, y sobre todo, descubrir un lugar y una fecha para el recuerdo: Rubite, 20 de Abril de 1939, el día en que el grupo ’Devenir’ (FAI) fue apresado en emboscada por la guardia civil. Ahí llegaste en tu investigación, y de ahí ibas a partir de nuevo en busca de otras verdades silenciadas. Esperamos que esa labor se pueda seguir haciendo.

Nos alegramos de que, al menos tú, comprendieses tus tiempos y marcases con tus ritmos tu última acción directa, la aventura de saber uno de dónde viene, y por qué causas tan altas de libertad, te han impedido una identidad completa, la identidad traicionada...

Como las raíces de los antepasados, que renacen en tierra y libertad...’                                   

Málaga, 26 de Agosto de 2009