Como
un personaje de viñeta, silueta corcovada, delgadez de pajarito
frito, y un rostro curtido por la vida llegaste por el sindicato en
busca de un libro. Desde el principio, tu saludo fue para quedarte.
Atrás
quedaban las intrigas de memoria y olvido en la historia, y esa
máxima tuya, de que ’la memoria no puede estar reñida con
la verdad’. Llegaste a la Confederación Nacional del Trabajo
buscando las fuentes que la historia no ha podido obviar, y te
entregaste a ellas en ese grado superlativo de inquietud. Hemos
vivido tu paso arrollador por el sindicato sin comprender cuál era
tu prisa, cuál tu destino.
De
agrio carácter nihilista, con ese tono grave de voz, y las
florituras griegas en la conversación como si estuvieses en el
ágora, adornaste las asambleas con tu temperamento y empuje, si bien
a altas horas de la noche la afiliación temblaba si tu pedías la
palabra... en una escenificación fusionada de filósofo presocrático
y purista de la FAI en busca del acuerdo eterno. Impulsor del
proyecto de la Fundación Anselmo Lorenzo (FAL) en Málaga, supiste
comprender una vez conocido el Archivo de la Guerra Civil, tan
importante fuente de saber de las organizaciones que hicieron
siembras de esperanzas en la clase sometida, y las miles de vidas
anónimas que albergan hasta que las rescaten de su desprecio. Por
ello, fuiste el visitante del año del archivo, aunque nunca te lo
quisieran decir, al ver cómo disfrutabas de cada nuevo hallazgo, de
cada pista, en tú búsqueda identitaria.
Ni
tu cabellera plateada, ni el estrabismo pronunciado, ni tan siquiera
tu seriedad culta, fueron capaces de ensombrecer al niño que
llevabas dentro. Pese a tus limitaciones, querías salir con el Grupo
Excursionista Santana Calero en la subida a la Concha, sabiendo que
no llegarías ni a las inmediaciones, asististe a todas las
manifestaciones y concentraciones que hubo, y participaste de la vida
sindical y social. Lo más lindo que te llevas, sin duda fue el
homenaje a tu padre Andrés Soler Martín y a sus compañeros Juan
Santana Calero y Juan Lozano Muñoz, y sobre todo, descubrir un lugar
y una fecha para el recuerdo: Rubite, 20 de Abril de 1939, el día en
que el grupo ’Devenir’ (FAI) fue apresado en emboscada por la
guardia civil. Ahí llegaste en tu investigación, y de ahí ibas a
partir de nuevo en busca de otras verdades silenciadas. Esperamos que
esa labor se pueda seguir haciendo.
Nos
alegramos de que, al menos tú, comprendieses tus tiempos y marcases
con tus ritmos tu última acción directa, la aventura de saber uno
de dónde viene, y por qué causas tan altas de libertad, te han
impedido una identidad completa, la identidad traicionada...
’Como
las raíces de los antepasados, que renacen en tierra y libertad...’
Málaga,
26 de Agosto de 2009
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