domingo, 1 de mayo de 2011

DE LAS QUEJAS DE UNA TRABAJADORA... GRATUITAS Y ESPONTANEAS


El  trabajo es un crimen contra la humanidad’
Las trabajadoras de este país, nos cagamos en dios cada día’

I

Prosperaba correoso el engranaje,
falaz y traidor acometía con macabra dentellada.
Con el hedor de un sistema tiránico, horripilaba a una plantilla desleída
hasta que fue la herida, rotura.
Un nido infecto de pulgas cosiendo a puñaladas las espaldas.
Un páramo de lanzas y estiletes
y el incordio, de descubrir al enemigo/compañero
en andanadas encubiertas en la niebla.

Se podía oír la desconfianza en los tambores del pecho:

"El enemigo no es tan fuerte
y está en otra orilla.

Y nosotros, -desgraciados-

Aún somos la flota -de fragatas,-

sumisa
y desmadejada."

II

Todo implicado en el conflicto sonreía,
creyéndose acomodado en el brazo del trono inamovible
reían y sonreían
pero ninguno exponía con dignidad su dentadura,
para que rodaran las suelas por el cielo de su boca

y a escondidas,

eran regocijo jubiloso,

eran el lastre que se arrastra en duelo.
La flecha sinuosa,  teñida con el verdín de la envidia
por llevar sobre la giba las medallas.

No éramos más que mileuristas explotadas y conscientes.
Y nada debíamos más que un trabajo bien hecho

pero algunos seguirían engordando la masacre por escapar a la matanza,
Inculpados en el rodar de la bestia,
no enseñarían la jeta antes de encumbrar la cima

y fueron putas.

Fichas de peón en el tablero.

Plastilina temblorosa
con un futuro incierto ante sus ojos.

III

La incertidumbre de la post-modernidad es lo que nos toca.

Perdidos
y sin valores.

IV

Finalmente llegó el linchamiento.
La intransigente profecía.
Los avaros llegarían a políticos alguna vez.”  Estaba escrito:

"Deshonestos e irrisorios,  degustarán sumisos las pezuñas del Dios al  que adoren.
Y adorarán.
Se fundirán en el anhelo por lamer la punta del Gran Báculo,
el zócalo del pedestal enfangado en lodo,
sucio en los pecados de los hombres,
erigido en sufrimiento ajeno,
en la impiedad.
Y lamerán,
creyéndose ángeles dorados, serán mártires
y ahogaran allí sus frustraciones
rociados por el bálano de su señor,
de su rey,
con la yugular barriendo el suelo,
hendirán los codos,
gozosos,
en el gaznate del compañero/a

hasta reinar en el caos.
Hasta llegar al clímax.

Al Apocalipsis.
A la hecatombe

La deslealtad
creando escuela.

V

Aquí  entendemos el trabajo de otra forma:
en los pulmones,
en las venas.
No nos amamantaron de gracia divina, somos mujeres y hombres libres.
No crecimos con la soga de la biblia,
del amén
ni de los rezos.
Crecimos arando los tajos con conciencia colectiva,
reclamando nuestro espacio
y defendiéndolo.

Aquí
mientras tanto
y como siempre,
las minorías nos alzamos con un solo rostro.
Escudados hombro a hombro

y
sin claudicar

ni
un
ápice.

VI

Oye
empresario
Oye...

Oye el himno de los hombres,  que huele a gris-tristeza
allá en tus fabricas...

Oye…

Escucha la diferencia en este canto.

Óyelo…

Cuéntame si vuela libre…

Si silba
de alegría
monte arriba:

Sin dios.  Sin patria.
Sin amo.


MatxakANDO